martes, 25 de diciembre de 2012

La información médica a través de internet



Ahora todos tenemos una nueva vía para informarnos sobre las enfermedades: síntomas, tratamientos y novedades. Sin embargo, no debemos olvidarnos que cada enfermos evoluciona de forma individual y, por tanto, los síntomas que leemos no tienen por qué afectarnos a nosotros.

Tan nefasto es no estar informado, como acceder a demasiada información, sobre todo si no comprobamos que esté contrastada y homologada.

Y, ¿cómo saber si la información médica que leemos por internet es «fiable»?

Vamos a ver unos puntos clave para no equivocarnos:

1.   La página web en la que entramos, ¿está acreditada mediante un sello de calidad? Para que las webs estén acreditadas como webs sanitarias, deberán llevar alguno de estos sellos: HONcode (de la Fundación Heath on the Net), Web Médica Acreditada (sello de calidad del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona), SEAFORMEC (de la Organización Médica Colegial de España, OMC).

2.   ¿Quién hace la página? En la página tiene que estar claro quién la lleva. Suele estar en apartados como “Quiénes somos”. No te fies de una página donde no se indica quién la hace, y si pertenece a algún organismo científico, médico o de asociaciones de pacientes.

3.   ¿Se incluye la fecha de publicación en los contenidos? Esto es importante para saber si los contenidos son actuales. También puedes ver si pone frases como “última actualización”, lo que te indicaría que esa página se revisa periódicamente.

4.   ¿De dónde procede la información? Lo ideal es que la página incluya enlaces hacia la fuente original o referencias bibliográficas, ya que no es lo mismo que la noticia proceda de una publicación médica con prestigio o de una sociedad médica, a que provenga de una fuente particular que pueda tener intereses comerciales.

5.   ¿Quién la financia? Cuidado porque existen páginas web financiadas por laboratorios farmacéuticos y, lógicamente, su información sobre tratamientos y medicación propia, no sueles ser muy objetiva. Mejor comprobar buscando más opiniones sobre ello.

6.   ¿Dispone de enlaces recomendados? Fíjate en qué tipo de organismos o páginas web incluye: si son instituciones, sociedades médicas, asociación de pacientes, suele ser buena señal.

7.   ¿Puedes contactar con sus responsables? Una web sanitaria fiable debe de incluir una forma de contacto (teléfono, correo electrónico, dirección, comentarios…).

8.   ¿Cuál es su política de privacidad de datos? Si para acceder a la información hay que registrase, antes de hacerlo es importante que la página web o portal informe sobre la política de privacidad de datos y que la garantice.

9.   Ten una actitud crítica. «Si algo suena demasiado bueno para ser real, es probable que no lo sea», National Center For Complementary and Alternative Medicine de EE.UU.

Información extraída de la revista Clara, número 244

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